La excursión comienza por la mañana con el traslado desde el hotel hasta el pintoresco Valle de Andorra, una zona de singulares urbanizaciones. Dejamos el vehículo para iniciar el ascenso a pie, recorriendo un meandroso río de deshielo que atraviesa el turbal que cubre este valle.
Es importante tener en cuenta que el sendero puede ser húmedo y resbaladizo en esta primera etapa, por lo que es imprescindible contar con calzado adecuado para trekking de montaña.
Una vez en el bosque, el ascenso es constante y se vuelve menos exigente al acercarse a los 600 metros sobre el nivel del mar, donde se encuentra la línea de vegetación. Ya por encima de la línea de los árboles, nos sorprenderán las vistas de los picos escarpados de la cadena montañosa que rodea el valle.
El ascenso continúa a lo largo de un arroyo que se alimenta de una laguna glaciar. En este lugar, el Glaciar Vinciguerra solía desprender témpanos de hielo hace algunas décadas. Aunque el glaciar ha retrocedido, es aún más interesante por las impresionantes cuevas que se forman y por su imponente presencia en esta zona.